Tras varios años de desarrollo finalmente la Organización Mundial de la Salud aprobó el uso de una vacuna contra la Malaria, enfermedad que según estudios afecta a la humanidad desde hace 50mil años y que hoy en día cobra la vida de 400mil personas. El director general de la OMS declaró que se trata de un “momento histórico” y “un gran avance para la ciencia y la salud infantil”. Hasta el momento se ha dado a conocer que se aplicará en menores de dos años de edad.
La malaria es causada por alguna de las variantes de un protozoario unicelular parasitario del grupo Plasmodium que invade y destruye células sanguíneas, y se transmite por la picadura del mosquito Anopheles. Las personas afectadas presentan cansancio, vómito, dolores de cabeza, en casos severos, piel amarilla, ataques epilépticos, coma y la muerte. Hay registros acerca de tratamientos que se utilizan desde los años 1600; la científica china Tu Youyou fue condecorada con el premio Nobel en el año 2015 por su descubrimiento de las propiedades de la planta Artemisia Annua (ajenjo dulce) recomendada para combatir la enfermedad, sin embargo hasta el momento no existía una vacuna.
Kate O’Brien, Directora del Departamento de Vacunaciónde la OMS, informó que según el programa piloto que se realiza desde 2019, se ha demostrado que la vacuna RTS,S “reduce significativamente la malaria en su forma grave en un 30%”, lo cual brinda algo de esperanza a las personas habitantes de los países azotados por la enfermedad, como algunos del continente africano donde se presentan más de 260mil muertes en infantes menores de cinco años anualmente.
En los países mayormente afectados por la malaria, algunas personas desarrollan inmunidad o la posibilidad de no enfermar gravemente después de reiteradas infecciones. Para los análisis de la eficacia de la vacuna se administraron más de dos millones de dosis en países como Ghana, Kenia y Malaui. Se requiere cuatro dosis y se administra a los 5, 6, y 7 meses de edad, con un mes de distancia entre una y otra inoculación y se aplica un refuerzo final a los 18 meses.
Las complicaciones para el desarrollo de la vacuna se deben principalmente a que el parásito de la malaria evoluciona y tiene su ciclo de vida en dos especies, mosquitos y humanos, una vez habiendo infectado a los últimos puede mutar, la vacuna sólo actúa cuando el parásito tiene su forma conocida como “esporozoíto” en un momento muy específico.