La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood anunció que a partir de la siguiente entrega se tomará en consideración a las películas más populares para reconocerlas en una terna, además de las 24 categorías existentes, con la finalidad de incluir entre sus premios a filmes que se quedan fuera.
Normalmente las películas populares contienden en ternas que premian características específicas, como el sonido o los efectos especiales, pero no hay un reconocimiento para quienes dirigen a los que, en casi todos los casos, son los equipos más grandes que participan del cine y generan más dividendos económicos en la industria. La controversia radica, entre otras cosas, en que no es posible calificar la calidad de una película basándose en la taquilla.
La iniciativa no a sido bien recibida por la crítica especializada ni por la audiencia, bajo el argumento de que el Oscar marca un estándar de calidad que mide logros del cine, sin embargo, la Academia está buscando acercarse a la audiencia y reflejar sus gustos. En años previos se buscó agregar cintas al número de nominados a mejor película, pero eso no se ha visto reflejado en números de audiencia durante la ceremonia.
El CEO de la Academia, Dawn Judson y el presidente John Bailey, mencionaron en el comunicado que han “escuchado a aquellos que hablan de mejoras para mantener la relevancia de los Oscar y de nuestra Academia en un mundo que está cambiando”. Por su parte la Junta de gobierno de la Academia subrayó que además buscarán que la ceremonia sólo dure 3 horas y no casi 4 como ocurrió en la edición 90 de los Oscar, la menos vista de la historia.
El crítico Steve Pond, una voz importante para la industria, comentó que la credibilidad de los premios está en peligro con esta iniciativa de agregar una nueva terna a la película más popular “Asusta… considerar la popularidad como un criterio de selección tras 90 años hablando de Arte”. Otros miembros opositores dentro de la propia Academia se han hecho escuchar habiendo calificado la medida, de populista.