El filántropo sueco creador de los premios más prestigiados del mundo en artes y ciencias, Alfred Nobel, estipuló que debe entregarse a “quien hubiera producido en el campo de la literatura la obra más destacada en la dirección ideal”. Este año es entregado a la poeta estadounidense Louise Glück.
La literata actualmente imparte cátedra en la Universidad de Yale. Publicó por primera vez obra poética en 1968 y además del Nobel ha sido condecorada con otros reconocimientos importantes como el Bollingen Prize que se entrega bienalmente en Suiza a poetas cuyas habilidades sean destacadas; también recibió el Lannan Literary Award, el premio en memoria a Sara Teasdale, la Medalla al Mérito del MIT, así como el Premio Pulitzer, La Medalla Nacional de Humanidades en USA y otros apoyos de instituciones como las becas Guggenheim y Rockefeller.
En el discurso durante el anuncio del premio se dijo que le es otorgado a Louise Glück por “su inconfundible voz poética que a través de una belleza austera hace universal la vida individual” y agregan “el yo escucha lo que queda de sus sueños e ilusiones y nadie puede ser más duro que ella para afrontar las ilusiones del yo”.
De entre las obras de Louise Glück destacan sus libros de poesía “Averno” y “Vita Nova” que le mereció ser condecorada con el premio de Poesía que otorga el prestigiado diario estadounidense The New Yorker. Aborda temas personales y familiares, relación con los diferentes miembros que conforman dichos núcleos íntimos.