Representantes de 90 países asistieron a la conmemoración del lanzamiento de la Bomba de Hiroshima en el Parque de la Paz de esa ciudad que fue devastada hace 74 años. El 6 de agosto de 1945 el avión Enola Gay, Boeing B29 Superfortress, sobrevoló la localidad japonesa para soltar, cerca del final de la Segunda Guerra Mundial, la primera bomba Atómica llamada 'Little Boy'.
El avión fue bautizado por su piloto, Paul Tibbets, con el nombre de su madre. La aeronave fue utilizada nuevamente para un segundo ataque que cayó sobre la ciudad cercana de Nagasaki debido a que el excesivo humo y polvo no permitían visibilidad. Durante la conmemoración de la tragedia se invitó a los líderes mundiales a reconocer las terribles consecuencias, además de firmar y participar de tratados mundiales para la prohibición de armas nucleares.
La Little Boy tardó 57 segundos en caer tras ser lanzada sobre una población aproximada de 350mil habitantes. Explotó a unos 600 metros de altura antes de impactar con la tierra con una potencia de 16 kilotones que alcanzaron un radio de destrucción total de 1.6km, 12km cuadrados de ciudad quedaron reducidos a escombros y se incendiaron 11km cuadrados de terreno. Se calcula que mató de inmediato a 80mil personas y meses más tarde, cerca del final de 1945, el número de víctimas mortales ascendió a 140mil. Los años posteriores la radiación cobró la vida otras 200mil aproximadamente.
En su momento el debate se libró entre estrategas militares o políticos quienes sostenían que dicha bomba "ayudaba a salvar vidas de soldados y ciudadanos de otras latitudes", por su parte personajes como Albert Camus lo declararon como un acto inmoral. Los científicos Albert Einstein y Bertrand Russell, incluso enviaron cartas al presidente Truman para advertir los peligros y horrores que podría causar la utilización de un arma de naturaleza tan destructiva, tal como lo hizo James Franck el físico a cargo del Proyecto Manhattan, responsable de la construcción del explosivo.
Este 2019 el Alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, emitió un discurso en el que llamó a los jóvenes a “no desestimar los bombardeos atómicos” y a reconocerse para “lograr un mundo pacífico y sostenible". Además instó a los dirigentes del mundo a avanzar en la promoción de la paz y en especial a Japón, que a pesar de haber sufrido las dos bombas, no está suscrito a ningún tratado de prohibición de armas nucleares.