La artista serbia Marina Abramović fue galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Artes. Su trabajo de Artes visuales, videoarte y performance en una carrera que ha mantenido activa durante más de cuatro décadas, le han valido tan importante reconocimiento. Tal como el año pasado, la premiación se realizó vía remota y la lectura del acta pudo ser escuchada y vista por internet.
En el Acta de la premiación señalan que “La obra de Abramović es parte de la genealogía de la performance, con una componente sensorial y espiritual anteriormente no conocida. Cargado de una voluntad en permanente cambio, su trabajo a dotado a la experimentación y a la búsqueda de lenguajes originales de una esencia profundamente humana”.
Su trabajo ha tenido muy amplios alcances, se ha interesado por un lenguaje que aunque no es directamente político le permita señalamientos puntuales acerca de diversas temáticas que atañen su realidad como una mujer proveniente de los Balcanes en Europa, con todas sus complejidades, injusticia, opresión y crudeza del mundo, así como su propio desarrollo como migrante en los países donde ha radicado.
Abramović es una de las performers más reconocidas mundialmente y referente de varias generaciones por la valentía de sus trabajos, explora “los límites del cuerpo y la mente”, ha corrido riesgos físicos, políticos y emocionales por la voluntad de compartir su expresión y generar experiencias estéticas variopintas en audiencias del mundo entero en la incesante búsqueda de la libertad artística. En su agradecimiento al premio dijo “la vida del artista no es tarea fácil!”.