La Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia de las Víctimas aprobada durante la administración de Felipe Calderón en 2012, preocupa hoy a intelectuales, científicos y artistas, debido a que un juez deberá solicitar un dictamen pericial para evaluar si el contenido de productos de divulgación científica o artística incurre en conductas inapropiadas de contenido lascivo o sexual.
La fracción 15, del artículo 10 de dicha ley, establece prisión de 5 a 15 años a quien obtenga beneficio del “comercio, distribución, exposición, circulación y oferta de libros, revistas, escritos, grabaciones, filmes, fotografías, anuncios impresos, imágenes y objetos de carácter lascivo o sexual, reales o simulados”.
En un artículo publicado en la versión electrónica del periódico de circulación nacional, El Universal, citan el testimonio de la escritora Ana Clavel, autora de libros de corte erótico, quien considera que es importante tener consideraciones respecto a la censura que puede convertirse en “una forma de perversidad” y citan la declaración de la literata, “El puritanismo del siglo XIX, o el neopuritanismo de nuestros tiempos, buscan disfrazarse de inocencia y pureza para acallar el deseo, porque ¿quién en su sano juicio estaría en contra de campañas y leyes en contra de la trata de personas? Pero de ahí a prohibir o censurar toda forma de erotismo, pornografía, sexualidad, es escandaloso y muy preocupante. Lo que se busca es abolir del deseo” dijo.
También agregan que, por su parte, el escritor Andrés de Luna, también dedicado al género, considera que la ley es poco operativa en México, por lo que no considera que la creación artística o literaria corra riesgos. Considera que si se insiste en el tema de los libros y revistas “se meterían en un lío del que no acabarían de salir nunca, porque implicaría a escritores como José Agustín y toda una comunidad intelectual”, dice. Asegura que se debe “matizar y aclarar”.
Artistas y periodistas de otras disciplinas se han proununciado también para señalar que la medida podría incidir en la censura o autocensura de la producción.
Será en el futuro próximo que se tenga certeza de que la ley afecta o no a la creación, por lo pronto, sí se espera que la promoción, distribución, venta u oferta explícita de pornografía y otros productos que involucren la práctica de trata de personas, sea controlada y erradicada.