El Día Mundial del Suelo fue propuesto en 2002 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, por sus siglas en inglés. Fue aprobado en 2013 y se conmemora el 5 de diciembre desde el año 2014 que se hizo oficial en Asamblea General de la ONU, ante la necesidad de discutir sobre la importancia de la gestión sostenible de los recursos de un suelo sano que permita a la humanidad continuar utilizándolo para fines de agricultura y preservación de especies vegetales y animales.
Cada año hay un tema central y en 2019 es 'Detengamos la Erosión del suelo, salvemos nuestro futuro'. El texto de la página oficial menciona que “En los 5 segundos que lees esta línea, se ha erosionado una superficie de tierra equivalente a un campo de futbol” y resalta la “importancia de mantener ecosistemas saludables que garanticen el bienestar humano con una gestión eficiente del terreno” situación que amenaza, no sólo la fertilidad, sino la seguridad alimentaria.
La erosión del suelo puede ocurrir naturalmente por la presencia de agua, viento, la transportación de materiales diversos de una zona a otra sólo por mencionar algunos, aunque las actividades humanas como la agricultura sin las precauciones pertinentes y el uso de sustancias químicas en la misma pueden eliminar minerales esenciales para el crecimiento de plantas, correcta oxigenación y una hidratación saludable de la tierra. Otros factores a tomar en seria consideración son el cambio de vegetación nativa por cultivos y la explotación indiscriminada.
La Desertificación puede ser un efecto de la erosión. El programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, reporta que el 40% de los espacios agrícolas se encuentra seriamente degradado debido a la sequía, deforestación, cambio climático y actividades humanas.